Santy Portela

Nacido en Madrid en 1988. Licenciado en Interpretación por HDMElSubmarino. Socio fundador de la compañía Vaivén Teatro que cumplió en 2020 su décimo aniversario trabajando en el circuito off madrileño. Como dramaturgo, Santy Portela ha estrenado obras como Influencia, Reflejos, Último beso, Besos, Soledad en la habitación o Tu Voz. Galardonado con el XII Certamen de Teatro Mínimo Anima T. Sur por su obra Miseria Partida; Vivir jugando y con el XVIII Certamen de Teatro Mínimo Rafael Guerrero con Veintitrés.

Ha publicado varios textos teatrales: En estado de espera, Miseria Partida, Veintitrés, Cuatrocientos ochenta y siete y La Gran Marioneta. En 2020, publicó la antología de relatos Así acaba todo. O empieza con Ediciones Atlantis. En 2021 participó en la antología Orgullo Zombi.

Soplos ahogan fuegos

Hay soplos que ahogan fuegos y versos con los que podemos saltar de una emoción a otra. Versos llenos de vida, de miedo, de furia, de soledad y también de gotas de lluvia.

Un poemario que juega con las sensaciones y nos hace experimentar en cada una de sus composiciones.


Entrevista

—¿Cómo y cuándo empezaste a escribir?

—Empecé a escribir en el instituto, como a los catorce años. Al principio sobre todo fantasía inspirado por la Dragonlance.

—¿Qué géneros literarios escribes y por qué?

—La verdad es que en eso soy muy polifacético. Escribo de todo. Durante años me centré en el teatro ya que era lo que había estudiado, aunque siempre sacaba tiempo para la poesía y la narrativa breve. Tras una obra muy personal y que me marcó mucho, decidí aparcar el teatro y centrarme en otros formatos y géneros.


—Explica a los lectores qué van a encontrar en tu libro.

—En Soplos ahogan fuegos se van a encontrar poemas antiguos. Es una recopilación de lo que escribí durante los años 2018 y 2019, una época en la que pasé por muchas situaciones personales profundas. Se trata de composiciones duras en las que hablo de sentimientos bastantes oscuros, como el alcoholismo, la sensación de vacío y de no vislumbrar un futuro, la pérdida o la depresión.

Ahora no estoy en ese punto, pero fueron años que me marcaron y que superé y por eso llevo tiempo queriendo publicar este poemario.

—¿Qué es lo que más te ha costado escribir durante tu proyección como escritor/a?

—Mi obra de teatro Tu voz. Se trata de una obra muy personal basada en mis propios recuerdos de infancia y centrada en la muerte de un ser muy querido como fue mi madre.

—Si tuvieras que elegir un poema de tu creación. ¿Cuál elegirías?

—De Soplos ahogan fuegos me quedaría con el que da nombre al poemario, “cicatrices”, “¿sueño?”, “ama” que está inspirado en un poema de Gata Cattana, y “reflexión en insomnio”. No es uno, pero es que me resulta imposible quedarme solo con uno.

—¿Quiénes son tus referentes literarios? ¿Crees que influyen en tu forma de escribir?

—Yo siempre digo que mis referentes en poesía son tres: Anne Sexton, Angélica Liddell y Gata Cattana. Recientemente he leído o descubierto otras poetas que me han marcado mucho también como Diane di Prima, Alejandra Pizarnik, Silvia M. Díaz, Tamara López o Sofía Guardiola.

—¿Cuál es el primer libro que recuerdas haber leído que te haya marcado y por qué?

Momo de Michael Ende. Creo que la primera vez que lo leí tendría ocho o nueve años y me encantó, pero es que es un libro que he releído de adulto y me sigue encantando por motivos completamente distintos a los que tuve entonces.


—¿Tienes alguna anécdota curiosa del proceso de escribir para compartir con nosotros? ¿Cuál?

—Me cuesta concentrarme en casa, así que suelo ir a cafeterías a escribir antes de irme a trabajar. Si entro a las siete a currar pues estoy a las cuatro en una cafetería. Es un horario de trabajo ampliado.

—¿Qué esperas de la publicación de tu obra con Ediciones Passer?

—Espero que a las personas que la lean les remueva algo por dentro. Ni siquiera tiene que ser algo bonito o tierno. Que lean los poemas y puedan sentir un escalofrío. Desde aquí vuelvo a remarcar que lo que hay escrito son emociones pasadas.