Pilar Alvarellos

Gallega de nacimiento, desde pequeña la lectura es su afición favorita y la escritura un hábito. Le fascinan las historias de apariciones y brujas que le contaban sus abuelos. Por eso sus escritos se dirigen hacia el terror. Ha publicado en revistas digitales como, Monociclo, Anuket, Axolotl, Dunkelheilt, Submarino de hojalata. Antologías, tales como, Underwriterz, Rigor Mortis, II concurso de microrrelatos Gadis, Mitos y Leyendas de Crónicas en llamas, Microterrores, 39 cuentos del mundo, , Pongamos que hablo de Madrid y Cartas para ti.

Ha ganado el, VII certamen literario de microrrelatos «Melgar», el concurso de relatos cortos «vence el encierro 2021» Día de muertos de México, y «40 vías de escape» de Chile.

Ha publicado dos libros de relatos de Terror: Momentos casi perfectos para Morir y El reloj marca la hora eterna. La novela Fracturas y Pasaba por aquí.


Pasaba por aquí

Los problemas persiguen a Tom, su madre y él tienen que mudarse, pero el camino a Talos no augura nada bueno, encuentran una niebla que les cala los huesos y una sensación extraña se apodera de ellos.

Tras un paseo que eriza la piel, la espesura se instala en su mente y Tom empieza un blog en el que escribe sobre cosas intangibles. En el proceso verá que hay mucho más de lo que se ve a simple vista, pero hay cosas que es mejor no conocer...

Fracturas

En Talos la muerte te da una segunda oportunidad. Podrás vivir dos veces. Bajo los ojos críticos de la muerte encontrarás una historia de amor y supervivencia con viajes en el tiempo. Notarás el yugo tras hacer un pacto con el diablo, sufrirás las consecuencias de las malas decisiones, sentirás miedo, dolor, violencia… y te encontrarás con fantasmas de los que querrás huir. En definitiva, tocarás las FRACTURAS mientras se agrandan…

El reloj marca la hora eterna

Cada hora está llena de historias como las que te encontrarás en estas páginas. Relatos de misterio y terror que reflejan nuestros miedos más ancestrales. El miedo a la muerte, a las apariciones, fantasmas, a perder la cordura, a los seres fantásticos...

Miedos que en noches de insomnio se hacen más latentes y provocan que la fina línea que separa la cordura de la locura se vaya resquebrajando, poco a poco.