—¿Qué tipo de literatura escribes? ¿Coincide con lo que lees?
—Mi primer libro (y único por el momento) es puro humor y sátira, muy actual. Tanto, que si no hubiera tenido la suerte de que Ediciones Passer se hubiera interesado por él, perdería su momentum en el caso de publicarlo más adelante. Sorprendentemente, esta temática no coincide en absoluto con el tipo de libros que suelo leer. A lo largo de mi vida he leído mucho. Ciencia ficción, novela contemporánea, realismo mágico, algunos clásicos también. Pero, últimamente, mi principal lectura es la novela negra, de intriga y policiaca. Mis autores favoritos son Jo Nesbø, Franz Thilliez, Henning Mankell o Jöel Dicker o los nacionales Pérez Gellida, Carmen Mola, Javier Cercas o los primeros libros de Dolores Redondo y Sáez de Urturi. Aunque he de decir que recientemente he tenido gratos descubrimientos de escritores hispanoamericanos como Cristina Piñeiro, Santiago Roncagliolo o los libros bestiales de Guillermo Arriaga, muy en la línea de los guiones de sus películas con Alejandro González Iñárritu.
—Cuéntanos qué vamos a encontrar en Soy rico y soy famoso.
—Vais a encontrar pura chifladura, situaciones estrambóticas y guiños constantes a mi generación. Nací en 1966 así que viví el final de la dictadura de Franco, la transición, la consolidación de la democracia, la movida, la irrupción de internet y las nuevas tecnologías, las crisis económicas. Quiero pensar que vais a encontrar las mismas risas que encontré yo cuando lo escribí. Y bueno, la línea argumental no deja de ser una broma sobre una persona anónima que de un día para otro se convierte en un escritor famoso y todo lo que le ocurre hasta alcanzar la fama.
—¿Qué es lo que más te ha costado escribir? ¿Sobre qué crees que nunca escribirás?, ¿por qué?
—No quisiera sonar pretencioso en absoluto, pero he de reconocer que escribir la primera versión del libro no me costó más que encontrar el tiempo libre suficiente para terminarlo: poco menos de tres meses. Decidí ponerme a escribir tras tener la conversación con mi amigo y la idea inicial del libro surgió a los pocos días tras leer una noticia en el periódico. El punto de partida de mi libro refleja exactamente la chispa que disparó su escritura. Y a partir de ahí el argumento fue tomando cuerpo de forma constante, sobre la marcha. No hubo guion previo, conforme me venían las ideas las iba hilvanando y el resultado es el que tenéis hoy. No obstante, he de reconocer que el manuscrito que os mandé estaba muy muy verde y que ha necesitado un profundo proceso de corrección y mejora a todos los niveles. Definitivamente, gracias a vuestro excelente asesoramiento y ayuda, los tres meses adicionales que hemos invertido en darle forma final han merecido la pena. He aprendido y disfrutado mucho esta fase final.
En cuanto a los géneros sobre los que creo que nunca escribiría, lo tengo claro. Seguro que nunca escribiré una novela policíaca o de intriga. Considero que para este tipo de literatura hay que tener un talento y un don especial que yo no tengo (y mira que me gustaría).
—¿Cuál es tu personaje favorito del mundo literario?
—Uf, que pregunta más complicada… Carapocha de las novelas de César Pérez Gellida me parece uno de los personajes más conseguidos que he leído y que más me han gustado. Mi detective favorito es Kurt Wallander, de Henning Mankell. Un hombre bueno, pero sin suerte y algo atormentado, que no consigue reencauzar su vida personal pero que, no obstante, consigue siempre resolver sus casos profesionales.
—¿Quiénes son tus referentes? ¿Crees que influyen en tu estilo?
—Como os comentaba más arriba, mi libro es de humor pero yo no leo ese tipo de literatura, al menos actualmente. De joven me reí mucho con la saga de Wilt, de Tom Sharpe y también con el clásico Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza. Pero no puedo decir que haya habido influencias o referentes en mi libro.
—¿Cuál es tu libro favorito?
—Difícil elección también. Si tuviera que quedarme con uno, creo que elegiría La gesta del Marrano de Marcos Aguinis. Me lo habré leído tres o cuatro veces y siempre, siempre me emociona. El nombre de la Rosa de Umberto Eco, Libertad de Jonathan Franzen o La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joël Dicker son otros de mis libros favoritos. Ah! Y La última confidencia del escritor Hugo Mendoza de Joaquín Camps. Buenísimo.
